Un gran aguacero descargó entre el 22 y 23 de octubre de 2019 sobre el Baix Camp, la Conca de Barberà y Les Garrigues provocando una crecida excepcional del río Francolí, sacudiendo a la Conca de Barberà desde la población de La Riba hacia arriba.

Una de las explicaciones de esta crecida repentina fue la coincidencia en el tiempo de las aguas que bajaban de las montañas de Prades, de la sierra de Vilobí y del valle de Vinaixa, que vierten en la Conca de Barbera a la altura de Vimbodí i Poblet.

Y a esta inmensa crecida hay que añadir el agua aportada por torrentes y rieras de ambos lados del río, sobre todo los procedentes de las montañas de Prades.

Un caudal que se vio incrementado por la gran cantidad de árboles y material que había arrastrado como masa vegetal, árboles, tierra, rocas y escombros de destrucción, que es lo que se conoce como caudal sólido. y que tiene un poder de destrucción enorme que acabó, además, teniendo que lamentar la cuatro personas y dos que se dan por desapartecidas.

Una de las poblaciones más afectadas fue l’Espluga de Francolí, donde la riada se llevó el Celler Rendé Masdéu, un restaurante, un parque infantil y una empresa de deportes de aventura.

Aguas abajo, en Montblanc, el puente medieval del siglo XII aguantó el embate de las aguas, pero quedó seriamente dañado. Quedó obstruido y el agua se esparció por la población y se llevó todo lo que encontraba por delante.