Historia
El origen de las fiestas quinquenales de la Mare de Déu dels Torrents de Vimbodí y Poblet se remonta al 8 de septiembre de 1944, año en el que se restaura la imagen dañada a principios de la Guerra Civil.
La Mare de Déu dels Torrents es de piedra policromada, de 86 cm de altura y tiene la particularidad que sostiene al niño Jesús sobre el brazo derecho.
En 1944 se restauró y pintó la ermita inaugurándose las obras para la fiesta, el 8 de septiembre, cuando por primera vez, se organizó una procesión para trasladar la imagen desde la ermita a la iglesia del pueblo .
Cinco años después, el 11 de septiembre de 1949 se coronó a la Virgen en la iglesia parroquial tras trasladar en procesión, la víspera, la imagen desde su ermita y el párroco de Vimbodí de ese momento propuso celebrar unas fiestas en honor a la Virgen cada cinco años.
A partir del año 1944, cada cinco años, se han ido realizando fiestas extraordinarias, en las que se adornan las calles y en varios actos se expresa la devoción a la Virgen.
La devoción a la Mare de Déu dels Torrents se remonta al siglo XV y desde entonces ha sido venerada ininterrumpidamente por el Monasterio de Poblet y por la villa de Vimbodí y Poblet.
La ermita dels Torrents se sitúa a medio camino entre Vimbodí y Poblet y el Monasterio de Poblet, en el lugar donde, según la tradición popular, en 1484 un campesino de Vimbodí y Poblet descubrió la imagen de la virgen escondida entre unas cañas .
Según otra versión, el autor del hallazgo fue el abad que mandó construir una ermita para conmemorar el hallazgo. Con el paso de los años, ese primer santuario dio paso al actual, de estilo renacentista.
Los monjes de Poblet regentaron la ermita dels Torrents hasta el año 1835 (desamortización de Mendizabal) en que pasó a depender de la parroquia de Vimbodí y Poblet y en el 2009 se nombró a la Mare de Déu dels Torrents copatrona de la villa de Vimbodí y Poblet.
Cada cinco años, los años terminados en 4 y en 9, alrededor del 8 de septiembre, tienen lugar las fiestas quinquenales en honor de la Virgen en las que las calles se transforman llenándose de luces y adornos cada vez más artísticos.